Mojar el cabello. Aplicar el tamaño de una nuez de champú en la mano y distribuirlo por el cabello. Añadir un poco de agua y masajear con suavidad. Insistir en algunas zonas presionando con algo más de fuerza con las puntas de los dedos a cada lado de la cabeza, en la parte de arriba y bajar hasta la nuca. Este tipo de masajes activan la circulación. Aclarar y volver a aplicar una gota de champú para lavar bien el cabello por segunda vez. Volver a aclarar con abundante agua: primero con agua caliente y luego con agua tibia. Terminar con un chorro de agua fría que cierra la cutícula y aporta brillo.